I
Hay tantas luces pequeñitas brillando a lo lejos al mirar en un intento de borrar aquellos pasares, aun viva esta la mía la que miraríamos para recordarnos.
Aun que sea tan amargo, eh de aprender a disfrutar este plato predilecto, saborearlo y digerirlo.
Me conformaría tan solo con un pequeño postre que me envuelva con ese dulzor hostigoso, con apenas unas cucharadas ponga al dulzor mi alma. Como desearía aquello.
Siento tal necesidad de volar através de esta imagen y vivir momentos iniciales a tormentas devastadoras. Hay situaciones tan alegres en toda vida de cualquier ser humano como lo hay tormentas que se llevan todo a su paso.
Me alegra saber que hay bellas amistades en las cuales pueda confiar, aquellos seres que pese a sus tormentos ven salidas inconcientes con palabras vivas de motivación.
Son así mis fieles guerreros.
Tales sucesos te hacen mirar tu mundo desde el, mirar aquella inmensidad para unas simples criaturas que nacen inocentes.
Pienso que todo amor si se desea demostrar como realmente es, debemos de luchar por ello en este mundo de odio, este es el sentimiento que liberará aquella atadura invisible que ciega a toda persona.
II
Después de la tormenta siempre sale el sol… y es ahí cuando inspeccionas tu mundo y ves criaturas hermosas a tu alrededor, ves fuentes celebres en todo lugar.
Que las caídas nos ayuden a comprender nuestra forma de ser humano, a inspeccionarnos a nosotros mismos y conocernos poco a poco,
Podemos vivir aquellas sensaciones intensas y placenteras que recordaremos por siempre, aquellas que ante nuestra muerte serán valoradas y hechas experiencia, como también lo serán aquellos momentos de amarguras los cuales fortalecerán tu espíritu.
Ahora pienso que debes de seguir tu camino fiel perro mío,
que tus ojos se maravillen al caminar descalzo,
que cojas tus nuevas botas, las pongas en tus manos y camines mirando de nuevo.
Siente tanto como la naturaleza lo siente, vive como nunca y hazte parte de lo invisible a los ojos humanos.
¡Oh mundo tan mío y tan glorioso que me das estas claves inmensas y aun no soi capas de descifrarlas!, ¿debo de estar solo quizás para experimentar tus dichas?
¿Debo de escapar a mi lugar para darme cuenta de aquellos esplendores?
C. Charles Albert.